Como sabéis, hay muchas formas de cuidarse a uno mismo. Lo que es bueno o satisfactorio para mí, no tiene que ser para otra persona. Cada uno tiene sus gustos, intereses o preferencias, al igual que el nivel de placer/satisfacción varía entre las personas. En cambio, la TERAPIA PSICOLÓGICA es una forma MUY IMPORTANTE Y NECESARIA de autocuidado común para todos.
Por una parte, nos encontramos con un gran número de personas que no son conscientes de la situación que están soportando en su día a día, y como ésta le interfiere negativamente en los distintos ámbitos de su vida. No escuchan a su cuerpo ni aceptan la recomendación de una persona querida de pedir ayuda. Y, por otra parte, otro gran número de personas son conscientes de la situación que están viviendo, pero, dar el paso de solicitar terapia psicológica, les puede resultar muy complejo por muchas variables.
Quizás te resulte incómodo abrirte y tener que contarle aspectos sobre ti a una persona, que, de primeras, es desconocida; al igual que, puede generar un gran abanico de emociones (miedo, vergüenza, inseguridad…), acompañado de mucha incertidumbre que, muchas veces es causada por la falta de información o conocimiento con respecto a la rama de la psicología. Es muy importante que le ganes la batalla a estas creencias y te PRIORICES, pensando más en TU propio bienestar y en el de los TUYOS, siendo consciente que estos pensamientos irracionales sólo tienen una única función, que muchas veces se puede resumir, en una palabra, boicotearte.
Hay veces que consideras que son nulas o insuficientes las razones por las cuales necesitas empezar una terapia, pero para tu bienestar (emocional, mental, físico, personal, laboral, social, familiar…) son más que suficientes y necesarios los motivos por las cuales debes emprender este camino. La terapia psicológica es para TI, tú eres TU PRIORIDAD, y por eso, DEBES PRIORIZARTE SIEMPRE. No permitas que un granito de arena, se convierta en un obstáculo muy grande para tu día a día.
Haz que tu mente sea un lugar seguro, agradable y cómodo en/con el que convivir. Normalicemos que no siempre podemos estar bien; normalicemos que hay días buenos y días menos buenos; normalicemos que no tenemos que poder con todo nosotros solos y, sobre todo, NORMALICEMOS PEDIR AYUDA Y NORMALICEMOS IR AL PSICOLOGO.
Permítete conocerte, descubrirte y explorarte.