Bienvenido/a.
Mi nombre es María Castro, tras varios años de estudio y formación puedo decir que soy Psicóloga General Sanitaria, con número de colegiación por el Colegio Oficial de Psicólogos de Santiago (G-6459). Desde muy pequeña siempre he querido ser psicóloga, de hecho, ante la pregunta, ¿Qué quieres ser de mayor? Mi respuesta era “ayudar a los demás”; a día de hoy estoy muy orgullosa del sueño e ilusión que estoy cumpliendo, a pesar de las trabas, dudas e incertidumbres que se me han presentado por el camino. He estudiado tanto el Grado de Psicología como el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad de Santiago de Compostela; tras la finalización me he instaurado en el mundo laboral, donde realmente he podido disfrutar y lo sigo haciendo cada día más de la bonita profesión que es la PSICOLOGÍA. He de decir, además, que el paso del tiempo hace incrementar mi curiosidad sobre la mente humana. Me he formado y sigo en continua formación, gracias a la cual tengo la oportunidad de ampliar la forma y perspectiva a la hora de trabajar, pudiendo adaptarme y ayudarle a cada persona de la manera más adecuada posible en base a su perfil y demanda.
Además de conocerme como “María Castro Psicóloga”, sería un honor para mí que supieras un poco más sobre quién soy más allá del ámbito laboral.
Como aficiones destaco la lectura, los viajes, conocer diversas y diferentes culturas, tradiciones, gastronomías, etc. Además, he tenido la oportunidad de vivir en primera persona la pasión por el deporte y cómo éste nos puede ayudar a sobrellevar el ritmo frenético que, en muchas ocasiones, nos exige el ritmo de la vida actual.
Personalmente, me describiría como una persona responsable, activa, educada, empática, cercana, cuidadora/protectora de “los míos” y “buscadora del lado positivo de las cosas” pues, considero, que todo lo bueno y lo malo nos sirve para avanzar y aprender y, justamente, fue este lema el que me llevó a dedicarme profesionalmente a lo que soy hoy en día, pues lo bueno se lleva pero lo malo, en ocasiones, se nos atraganta y necesitamos de alguien que nos encamine y nos ayude a sobrellevarlo; y aquí estoy para lo que necesites!
¿Aspectos menos positivos? Claro que sí! Me considero impaciente, exigente, perfeccionista e insegura, además de ser PAS (Persona Altamente Sensible) y, pese a ser psicóloga y considerarme capacitada para ayudar a los demás, en ocasiones sí he necesitado de alguien que me ayude a enfrentar mis propios miedos y obstáculos. Saber cuándo pedir ayuda es, sin duda, la mejor forma de demostrarnos a nosotros mismos las ganas de seguir hacia adelante y de aceptar, en primera persona, que no siempre se puede con todo.
Quizás muchos os preguntaréis por qué ahora y no antes el hecho de crear mi propia clínica y la respuesta es muy sencilla; a pesar de contar con las herramientas necesarias gracias a los estudios y formación continua que sigo, consideré en su momento que era bueno para mí y para mis futuros pacientes una experiencia previa que me permitiese poner en práctica lo estudiado. A día de hoy puedo decir que la elección ha sido totalmente positiva y ahora sí me siento completamente preparada para iniciar mi camino, con una clínica propia en la que os ayudaré a organizar el “caos” que, en muchas ocasiones, nos impide avanzar.
Concluyendo, deciros, que todos tenemos “días buenos y días malos”, “puntos fuertes y puntos débiles” y que la mejor forma de querernos a nosotros mismos es saber parar y ser conscientes de cuándo necesitamos una mano a la que agarrarnos para volver a sentirnos bien, ser felices, avanzar pero, sobre todo, no rendirnos nunca. GRACIAS a ti que, sin conocerme, has decidido acudir a mí para allanar ese camino que, por veces, se nos vuelve turbulento. Juntos lo conseguiremos! ¿Te animas?