Como hemos visto en otro post anterior, el mundo de las emociones es inmenso y está lleno de mucho descubrimiento para las personas. Si siendo adultos muchas veces nos resulta complejo el saber identificar, analizar y gestionar nuestras emociones, imaginémonos como será este proceso para lxs más peques… Es muy necesario y esencial acompañarlos en esta tarea emocional.
Ellxs a lo largo de su día se tienen que enfrentar a múltiples situaciones que, muchas veces, no saben solventar, lo que les puede llevar, por ejemplo, a frustrarse o enfadarse, y consigo, pueda que, a una evitación de la situación. Pero… ¿Por qué ocurre esto? Porque, entre otros muchos motivos, inconscientemente los adultos evitamos contarle cosas o enfrentarlxs a situaciones, para que… “no lo pasen mal”, por ejemplo. Hay que tener siempre en cuenta la edad, desarrollo y etapa evolutiva en la que se encuentre el/la niñx, pero es muy importante desde edades tempranas ir adentrándolxs en este mundo emocional y todo lo que eso conlleva. ¿Por qué? Porque este conocimiento le permitirá evolucionar positiva y adaptativamente en su día a día, adaptarse a las normas sociales y a las necesidades de los demás, entender el porqué de múltiples situaciones, comprenderse a si mismx de porqué se encuentra así y actúa así, entre múltiples aspectos, pero el más significativo (sin restarle importancia al resto) el saber reaccionar ante una situación adaptando siempre su comportamiento a la misma, es decir, su autocontrol.
Hay que tener en cuenta que el papel de los adultos en este proceso con lxs más peques es muy imprescindible y necesario. Los adultos son sus modelos, por lo que, es importante que dicha persona tenga una adecuada inteligencia y gestión emocional. Tengamos siempre presente que “los niños son esponjas”, recordarán y actuarán siempre como lo hacen sus referentes. Por lo que, si papá o mamá cuando se enfada grita, el/la niñx cuando se enfade va a gritar.
